
- May 13, 2022
- Editor Grupo Prides
- Grupo Prides Explica, NFT
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Grupo Prides explica: ¿Qué es la Web3?
Con temas como el metaverso, el blockchain y los NFT en boca de muchos apasionados,, Web3 es un término que tal vez hayan escuchado recientemente. En pocas palabras, intenta describir la próxima iteración del internet: una nueva y más democrática versión de la sociedad digital que por ahora sigue dominada por gigantes como Apple, Amazon, Epic, Google, Meta y Netflix, pero, ¿qué implica esa idea y el discurso subyacente?
Construyendo las bases
Para entender Web3 tenemos que entender de dónde viene nuestro internet. Eso puede parecer complicado, pero vamos a intentarlo empezando por su uso masivo:
Después de su nacimiento en el complejo militar-industrial y subsecuente uso en universidades como un protocolo de comunicación entre diferentes computadores, el internet empezó a ganar adeptos, principalmente usuarios de correo electrónico y los primeros foros de discusión.
Pasada su primera infancia fue cuando nació Web1, el internet del final de los 90’s. Se puede resumir en un montón de páginas html con hipervínculos, nada más allá de contenido editorial básico carente de cualquier interacción, disponible solamente para lectura.
Después vino Web2, denominada por algunos como la versión read/write de internet, en referencia al protocolo de computadores que permite abrir y editar archivos en vez de sólo abrir y leerlos. Esta es la versión de internet que nos dió la posibilidad no sólo de consumir contenido si no también de crearlo, donde nacieron comunidades y foros como Craigslist, Reddit o Tumblr, interacción que luego evolucionó en redes sociales como Facebook y Twitter.
Después de casi un par de décadas en Web2, nos hemos dado cuenta cómo nuestros datos son cosechados por los gigantes tecnológicos para impulsar mejores y más grandes campañas publicitarias, con nichos para marketing ultra específicos.
Facebook, en particular, ha enfrentado múltiples instancias de serios cuestionamientos por incumplir las leyes de privacidad de datos, y pagó la multa más grande en la historia del Federal Trade Commision estadounidense, con la suma de 5 mil millones de dólares.
A pesar de que Web2 ha otorgado al mundo increíbles servicios, una gran parte de los usuarios se ha cansado de los “jardines cerrados” que representan estos ecosistemas, en los que las personas no tienen un control real de sus datos y contenido. Ahí es donde entra Web3
El nuevo Internet
Web3 puede ser visto como la fase read/write/own del internet. En vez de usar las plataformas tecnológicas sólo para intercambio de datos, ahora los usuarios podrán participar en la gobernanza y operación de los protocolos ellos mismos, lo que significa que en este nuevo ambiente más personas pueden pasar de consumidores a accionistas.
En Web3 estas acciones serían tokens o criptomonedas, representando la propiedad de las redes descentralizadas en blockchain. Con suficientes tokens tendremos una voz sobre los ecosistemas, y podremos votar sobre el futuro de los ambientes y protocolos en los que tengamos interés.
El mensaje es que en el futuro del internet ideal, la dirección la tendrían los inversores en lugar de un pequeño grupo de gente en compañías como Amazon, Facebook o Google.
La meta de Web3 será la proliferación de estructuras de gobernanza cooperativa para productos que en este momento están centralizados. Todo puede ser tokenizado y universalizado, desde un meme, hasta piezas de arte o el contenido producido por un youtuber famoso.
Un buen ejemplo puede ser la industria de los videojuegos, donde eventualmente los jugadores podrían incidir en los bugs que son atendidos con prioridad o en el balance de las armas en juegos competitivos.
Algunas de las compañías más grandes del sector como Ubisoft o SquareEnix ya se encuentran implementando elementos de Web3 como tokens y cripto en sus productos, el inicio de un camino para que los jugadores sean inmutables dueños de su vida virtual.
Críticas a la Web3
La mayor crítica a Web3 es la disonancia entre la tecnología y sus ideales. La propiedad de las redes blockchain no está distribuida de manera equitativa y tiende a acumularse en las manos de quienes la adoptan temprano y un pequeño grupo de los inversores de riesgo de siempre.
Fue un pequeño pleito público en Twitter entre su fundador, Jack Dorsey, y varios capitalistas de riesgo, lo que puso en discusión que al final Web3 estará controlada por los mismos gigantes de Web2 usando diferentes fachadas y que la idea de una red “descentralizada” es simplemente una utopía.
El corazón de las críticas es la idea de la descentralización, que alega que muchos proyectos blockchain están descentralizados en nombre pero no en substancia, con poquísimas personas controlando cientos de millones de dólares en activos digitales.
A pesar de sus supuestas metas de crear comunidades sin líderes, aún en blockchains contraculturales como Ethereum, el poder se concentra de manera masiva en su co-fundador, Vitalik Buterin, quien mantiene la mayor cantidad de influencia a pesar de ya no estar involucrado en su desarrollo.
Las cosas no mejoran al analizar a los protocolos de finanzas descentralizadas, con el problema del abstencionismo en sus votos, su dependencia de estructuras centralizadas y una alta barrera de entrada a la industria, ya que por ahora el blockchain sigue pareciendo una magia arcana reservada a los mejores ingenieros del mercado.
La última palabra.
A pesar de sus problemas, Web3 tiene muchísimo potencial. Que este sea demasiado idealista para poner en práctica o más bien termine solucionando la inequidad en la web, es algo de lo que nos daremos cuenta en los años que vienen.