
- Mar 17, 2022
- Editor Grupo Prides
- Futuro, Inteligencia Artificial
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¿Seremos dominados por la Inteligencia Artificial?
Hal 9000 (una Inteligencia Artificial paranoica) planeó eliminar a toda la tripulación de una nave espacial, secuestró al capitán de la nave y se encaminó a cumplir su plan… y en ese momento se puede sentir el miedo humano de los espectadores ante el “despertar” de los robots.
Esta escena de la famosa película “2001: Una odisea en el espacio” y también la del ejército de máquinas en la saga de películas de Terminator (Inteligencia Artificial llamada Skynet) se nos hacen conocidas, quizás porque muchos de nosotros nos hemos imaginado eso para un futuro cercano o porque las cadenas de mensajes que se envían por whatsapp han alertado a nuestros familiares sobre el posible dominio de los robots. Pero, ¿será que esto realmente podría pasar?
Desde 1968, fecha de estreno de esta película, se especulaba que en el 2001 íbamos a ser dominados por robots, tema que también se ha abordado en libros, series y teorías de académicos o grupos de personas a nivel mundial, lo cierto es que ya estamos en ese futuro y aún no estamos viviendo algo parecido a un thriller de ciencia ficción.
En “ese futuro” que estamos ahora, es preciso aceptar que la Inteligencia Artificial (IA) y la tecnología en general, han hecho una aparición importante, al punto de convertirse en los protagonistas de los noticieros, ejes transversales de programas gubernamentales y condicionantes que determinan qué tan innovadora, o no, es una organización, entre un sinfín de escenarios donde estas llegaron para quedarse.
El hecho es que tenemos la Inteligencia Artificial más cerca de lo que pensamos, por ejemplo: en nuestra mano, en el teléfono con el que estás leyendo este artículo o la computadora, ya que su reconocimiento facial o recomendaciones con base en búsquedas previas son IA. Pero también está en tu casa, en los asistentes de voz, la refrigeradora o el televisor (y aún no se han escuchado víctimas de algún acto macabro por parte de un electrodoméstico).
Pero más allá de pensar que la única amenaza de la IA es que arremeta contra la población, hay una serie de consecuencias que no se pueden negar o dejar pasar, al igual que sucedió con otras revoluciones como la Industrial y la de las Computadoras, en este caso la Revolución de la Inteligencia Artificial, como le llaman algunos intelectuales, terminará por aniquilar trabajos a gran escala, empezando por aquellas áreas más operativas o de montaje, que una sola máquina podría realizar y maximizar la eficiencia de una organización, que ante los buenos resultados y la disminución de costos, seguirá optando por la IA, más que por el recurso humano, eso sí, no sucede con todos los tipos de trabajo, ya que algunos de ellos no serán necesariamente sustituibles y en gran mayoría, los trabajos del futuro en los que se implemente inteligencia artificial, será necesario el talento humano que la haga funcionar y ser eficiente. Por lo que parte de la respuesta de las organizaciones y países involucrará educar y volver a capacitar a las personas en las tareas en las que no destaquen las herramientas con inteligencia artificial y también en la formación especializada para el manejo de esta.
Esta revolución no solo incide en el área laboral, algunos intelectuales humanistas y transhumanistas se han referido sobre este tema en diferentes conferencias mundiales que abordan “la base sobre la que se asentará la Inteligencia Artificial” entre ellos John C. Havens, director ejecutivo de la Asociación Norteamericana de Iniciativas Éticas de los Sistemas Autónomos e Inteligentes, quien afirma que “los riesgos que trae consigo la IA no son responsabilidad de ésta ni de sus desarrolladores, lo que sucede es que internet y el consentimiento de datos evoluciona”.
La preocupación de Havens radica en los datos personales que cedemos, detalla que “los riesgos están allí donde empleamos sistemas de inteligencia artificial. El primero de ellos es cómo se están usando los datos de la gente para crear algoritmos que construyen la inteligencia artificial. Si no firmas los consentimientos, no tienes acceso a los servicios. Las sociedades deberían evolucionar hacia sistemas que incluyan herramientas de control de datos”.
Ante el avance de inteligencia artificial y las especulaciones que se hacen sobre esta, la Comisión Europea planteó una serie de recomendaciones sobre normas de derecho civil sobre robótica y plantean que “existe la posibilidad de que, a largo plazo, la inteligencia artificial llegue a superar la capacidad intelectual” y que por supuesto todas las resistencias, riesgos y posibles efectos que ésta pueda generar debe “ser evaluado detenidamente a la luz de la seguridad y la salud humanas; la libertad, la integridad y la dignidad, la autodeterminación y la no discriminación, y la protección de datos personales”.
Es un hecho que el exponencial desarrollo tecnológico trae oportunidades, pero también desafíos y grandes responsabilidades para los países y compañías a nivel mundial. Estas son solo unas de las discusiones que se tienen internacionalmente, pero también los intelectuales acuerdan que hay temas importantes de contemplar en un futuro y que, por tanto, no son vinculantes en este momento específico. Para Francesca Rossi, responsable de ética de IBM “la clave está en la complementariedad, esto es lo que se debería explotar. Hay que conseguir que las máquinas hagan de nosotros mejores seres humanos”.
¿De amenaza a solución?
No podemos afirmar que realmente todo sea positivo, pero no podemos dejar de lado que la Inteligencia Artificial ha cumplido un rol fundamental en el marco de la pandemia del Covid-19, llegó a aportar y alivianar las cargas en el sector salud, generando un impacto en temas de asistencia de pacientes, generación de conexiones de empatía, vínculo de familiares con pacientes, así como el mejoramiento de los servicios de detección de enfermedades, rastreo de la evolución de los pacientes y el estudio sobre la propagación del virus.
En una entrevista con la médica, bióloga y genetista, Tanya Lobo, resaltó que el trabajar con Inteligencia Artificial como la de Pepper (un robot humanoide) en la atención médica hace “que un paciente se perciba escuchado, sienta que hay un interés por él y esto ha demostrado que hay mejoras en la recuperación. Mi pregunta ante este hecho es ¿cómo podemos usar estas herramientas de IA para llenar unos vacíos que no logramos llenar por saturación y también para ir transformando el sector salud a través de la tecnología?”, reforzó Lobo que “la idea no es remplazar sino complementar un sistema de salud que está sobre cargado y puede verse beneficiado por la tecnología”.
Un sinnúmero de experiencias del sector salud han resaltado que la inteligencia artificial llegó en la pandemia a impactar a muchas personas y refuerzan que “definitivamente a eso vamos, a una medicina donde haya más tecnología, más innovación, más personalizada, que vea al individuo; pero que impacte todo un sistema. Definitivamente la tecnología y la innovación son dominios que van a impactar esa revolución que se está dando actualmente que lo que busca es personalizar la medicina”.
Por el momento lo único que nos ha hecho vivir algo similar a un thriller de ciencia ficción ha sido la pandemia y sus primeros meses de susto, desolación y aislamiento. ¿Qué vendrá para el futuro más cercano?
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